jueves, 5 de febrero de 2015

Año del zorzal 2015

¿Qué tendrán en común las aves de esta imagen? Y lo que es más, aparte de ser habitantes de nuestros campos y bosques, ¿qué tienen que ver con la recuperación del bosque autóctono?
1. Mirlo común, 2. Zorzal charlo, 3. Arrendajo, 4. Estornino pinto
    Es sabido que muchos árboles y arbustos producen frutos que dispersan los animales. Este tipo de dispersión se llama ZOOCORIA. Por ejemplo, los espinos albares, tan comunes junto a ríos y en bosques, así como los rosales silvestres, producen unos frutos que se tornan rojos a finales de verano, que son muy apreciados por las aves que invernan en nuestras latitudes. En zonas donde el clima mediterráneo favorece la aparición de matorrales espinosos como los enebros, los espinos negros y los aladiernos, junto a encinas, coscojas y olivos, aves como los mirlos, los estorninos, las currucas y los arrendajos, también se interesan por los frutos que el monte produce cada otoño. Los zorzales común, alirrojo y real, que vienen a la Península Ibérica en invierno, procedentes del Norte de Europa, necesitan de estos frutos para sobrevivir y acumular grasas para hacer frente al frío. Y no solo eso, es que muchas semillas necesitan bañarse en los ácidos del tracto digestivo de estas aves para deshacer la coraza que las protege y poder germinar. Si esto no fuera así, pueden tardar años en germinar o incluso no hacerlo nunca. Cuando el ave expulsa la semilla en su excremento, ésta puede encontrar en él las primeras reservas de materia orgánica que necesita, y germinar, continuando así el ciclo.

Enebro de la miera procedente de una semilla dispersada por medio de la zoocoria.
    Seguro que alguna vez has caminado por algún monte desarbolado y has comprobado que muchas laderas están cubiertas de arbustos espinosos con frutitos. El enebro de la miera tiene unos redondos gálbulos verdosos que se tornan rojizos pasado un tiempo; el espino negro, por su parte, produce otros que parecen cerezas oscuras, también muy apreciados por las aves; por no hablar de las cornicabras y los lentiscos, cuyos bermejos frutos tanto gustan a las currucas. ¿Y no te has fijado, caminando por un pinar donde todos los árboles crecen en filas, que a los pies de muchos, crecen pequeños arbustos o trepan hiedras? Pues si te has fijado y te has preguntado a qué se debe, la respuesta está en las aves: imagina que un zorzal se ha estado poniendo fino de bayas de un majuelo cercano, y para dormir elige uno de esos árboles. Por la noche, el zorzal defeca lo que no ha podido digerir, esto es, las semillas de los frutos que ha ingerido durante el día. El tiempo pasará, y posiblemente, alguna de esas semillas se encuentre a gusto a los pies del árbol, y comience la germinación. Así es como el bosque se autopropaga por medio de sus habitantes. Otros animales no alados que también ayudan a la dispersión de las semillas son los roedores, como el ratón de campo, que entierra bellotas en diversos puntos del monte para comérselas más adelante. Claro está, hay veces que se les olvida dónde lo hacen, y así surgen nuevas encinas.



    Este año 2015, queremos dedicarlo a esas aves que, por medio de la ZOOCORIA, ayudan a la dispersión de muchos arbustos autóctonos, y por ende, beneficiosos para nuestros ecosistemas. Vamos a intentar ayudar a las aves invernantes, sobre todo zorzales, plantando ÁRBOLES Y ARBUSTOS AUTÓCTONOS. Por supuesto, no nos olvidaremos de nuestros amigos el arrendajo y los robles, encinas y coscojas, y también plantaremos bellotas y plantones. Por ello, lo llamaremos "El año del zorzal".

¡Ayuda al arrendajo a plantar bellotas!

    Estas son algunas de las especies que plantaremos: encina (Quercus rotundifolia), coscoja (Quercus coccifera), quejigo (Quercus faginea), cornicabra (Pistacia terebinthus), espino albar (Crataegus monogyna), saúcos (Sambucus nigra), hiedra (Hedera helix), enebro de la miera (Juniperus oxycedrus), sabinas mora (Juniperus phoenicea) y albar (Juniperus thurifera) y rosales silvestres (Rosa sp.).

    ¿A qué esperas para ayudarnos?

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